Salimos de Alcalá a una hora razonable, ya que el fin de semana está metido en mal tiempo y no es de temer una jornada de calor insoportable, que nos haría imposible esta caminata.
A las 11.30 llegamos al aparcamiento que está habilitado en la parte alta, es un espacio amplio, donde hay un porche para protegerse del sol y existen mesas y bancos, para la merienda... con unas vistas magníficas al valle .
Tras el kilómetro de distancia las primeras calles de Pelegrina nos dan la bienvenida, y tomamos directamente la calle La Solana, que nos conduce con una "cuesta abajo" al inicio de las rutas del río Dulce.
Vamos a realizar la "azul" que nos llevará por la parte alta del Barranco hasta el paso de la cascada del Gollorio, la subida es de fácil acceso y la dificultad es baja. Las vistas son magníficas y a pesar de que el viento se deja notar, no es una dificultad, mas bien se agradece ese aire fresco en la cara tras el rato de subida.
Tenemos muy cerca distintas rapaces sobre volando el cañón que a pesar de estar muy cerrado y con una vegetación ya muy crecida y espléndida de vez en cuando vemos el vuelo en picado en busca de alguna presa.
En época de lluvias debemos usar las piedras que están colocadas para atravesar el salto, no obstante no reúne dificultad alguna.
La siguiente parada la usamos para reponer algo de fuerzas y contemplar desde el mirador la cascada y por supuesto el barranco.
Tras tomar el desvío, bien señalizado que nos lleva a la profundidad del cauce del Rio Dulce, continuamos este camino. incluyendo algún paso con pequeñas dificultades, pero con pasamanos para evitar riesgos, hasta el puente donde nos desviamos al principio de la ruta azul.
En un remanso del Dulce, nos sentamos a escuchar el silencio y disfrutar del frescor de la zona.
Al llegar a la AC, se agradece poder sentarse y descansar de ese kilómetro que al final de la jornada y en cuesta arriba nos dificulta la llegada, pero todo es superable sin duda alguna.
La tarde esta preciosa y el lugar es realmente muy tranquilo, así que decidimos dormir allí, y aprovechar la tarde para subir al castillo de Pelegrina, y tomar un refresco en el bar.
La noche como ya presumimos ha sido realmente placentera y tranquila.
La mañana siguiente ponemos rumbo a Sigüenza, y tras una breve visita nos desplazamos a Jodra del Pinar, pequeño pueblo con 5 habitantes, pero con un templo románico impresionante, además una pequeña asociación de vecinos que lucha por recuperar su pueblo, sus tradiciones y sus vidas... todo un ejemplo
“¡Que oportunidad, empezar a decir en Televisión lo que hay que decir y convencer a las gentes de este país de que están acabando con lo mejor que tenemos, que son los animales, que es el paisaje, que es la integridad del medio ambiente, que son las leyes ecológicas!”
Felix Rodriguez de la Fuente
