Una vez recuperada la senda , nos encontramos con una bajada muy pronunciada que nos lleva directamente al Arroyo de Soto, que es el protagonista de estos Aljibes y sus espectaculares caídas de agua, justo unos metros antes de incorporarse al Rio Jarama, al cual vemos discurrir por el fondo de el valle, con un caudal imponente, debido en este año a las lluvias y las nieves.
Al llegar tenemos que pasar por algo parecido a un puente, por encima del Arroyo, quizá el paso mas delicado de toda la excursión, porque esta en abandono y solo tenemos dos troncos por donde debemos alcanzar la otra orilla.
Aunque nos es hora, el entorno de los Aljibes nos anima a echar un bocado allí mismo, al resguardo de las paredes de pizarra, que nos protegen del aire fresco que se ha levantado, en cuanto reponemos fuerzas nos ponemos en camino hacia Roblelacasa, no sin antes
pasar a ver el nuevo puente de Matallana, a escasos 2 kilometros, y ya tomamos nuestro camino ancho y empinado hacia otro de esos pueblos recuperados del olvido, Roblelacasa con unas casas respetuosas con la arquitectura negra, desde la propia iglesia que aun sin techo, da comienzo a una reconstrucción que se prevé larga pero sin duda el resultado sera increíble.
Salimos por las calles traseras del pueblo, hay alguna indicación, pero sin duda ver en el horizonte las modernas antenas de el Espinar, nos guía sin demasiados problemas. hay que abrir y luego cerrar alguna cancela, también nos encontramos con un puente de madera nuevo, que nos facilita el paso del Jarama.
Con mas frío del previsto llegamos sin novedad a El Espinar, un buen momento para tomar un buen café, y partir de nuevo hacia Alcala.
Este paseo lo hicimos en la compañía de Eva, Adriana, Toñi, Geles, Pepe y yo...y por supuesto nuestro fiel Lucas...
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